No me habian dicho, las palabras correctas y por eso me olvidé la idea de la vida.
Que cliché, muriendo del viento que no se ha invitado. Nadie y nada, nunca.
Él pequeño príncipe, estaba dando excusas para besarte en el aire roto de mas una respiración por favor, te apuesto.
No creo, no quiero que sea la misma palabra dicha demasiadas vezes y de repente me tocaste sin saber porque. No es cliché.
Me levanté de la piedra caliente, y me fui a la fria habitación.
Te dejé en la otra parte del corazon, sin abrazarte adios.
La frontera Española-Francesa no sabia porque no dormi en tu boca mas un momento vazio de vida perdida en el reloj desvestido e calculador del amor.
No existen, las horas y los minutos.
Ahora, que se equivoca.